Empecemos por el principio. Estoy casi 100×100 convencida de que la metodología SMART te suena y mucho. No en vano, es una de las metodologías más utilizadas para definir objetivos de negocio y marketing en la actualidad. Sin embargo, seguro que también has oído hablar de los OKR y de sus fortalezas. ¿Metodología OKR o SMART? ¡Veamos cuáles son!
OKR es una metodología de gestión creada por el ex CEO de Intel, Andrew Grove, con el fin de hacer más sencillo el planteamiento de objetivos de la empresa. OKR son por tanto las siglas de objectives and key results, es decir objetivos y resultados clave.
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Los OKR nos permiten fijar objetivos o metas y traducir dichas metas a resultados clave. Dicho con otras palabras, nos animan a fijarnos retos y medir el cumplimiento de dichos retos a través de una serie de resultados que consideramos indispensables para que el reto se cumpla.
Estructura básica de los OKR
- La meta: ¿A dónde quieres llegar?
- El resultado clave: ¿Cómo saber si me aproximo o no a la meta?
Por supuesto, no llega con fijarnos metas y KR, luego tendremos que concretar unas tareas. Las tareas son parte indispensable de la metodología al funcionar, como las palancas de aplicación necesaria para la consecución de los KR que nos permiten llegar al objetivo.
Esto es uno de los primeros aspectos que diferencia a los OKR. Vinculan con absoluta claridad, meta, resultado y acción, de forma que todo lo que planteamos, se convierte en un camino para conseguir un fin. Por tanto, serán “buenas” todas aquellas acciones que alimenten un KR (o varios).
3. Una tarea me ayuda a definir qué haré para ir en esa dirección
¿Qué acción hay que realizar para conseguirlo?
Esto, que parece una obviedad, es uno de los problemas a los que se enfrenta la metodología SMART que a veces, no consigue combinar adecuadamente lo qué queremos con lo que hacemos para conseguirlo.
No siempre es un problema de la metodología en sí, a veces se deriva de un mal enfoque en su aplicación, pero es un obstáculo que se presenta habitualmente.
Además, OKR destaca por su versatilidad y eficacia en la consecución de los objetivos a través de la coherencia y cohesión en el equipo. Cada objetivo se formula no sólo para aclarar lo que se debe buscar, sino también para mantener a todos comprometidos en la misma cuestión.
Al ser todo el equipo consciente de metas y KR en los diversos niveles de la organización, es más fácil que todo el equipo pueda contribuir, desde su área, a la consecución de los objetivos globales a través de la consecución de sus propios objetivos.
Uno de los fines esenciales de trabajar con OKRs es conectar los objetivos de la empresa, del equipo y del personal y traducirlos a resultados cuantificables, de forma que todo el team pueda remar en la misma dirección.
Por eso, OKR, pese a ser una metodología nacida en el seno de la organización, es muy atractiva para ser aterrizada al marketing e incluso a la vida personal. Al final los OKRs son objetivos que puedes marcar para lograr crecimiento y mejora en los diferentes ámbitos de la vida: personal, laboral, económico, profesional, etc.
Cómo trabajar adecuadamente con OKR
- Piensa en grande, si crees que conseguirás tu meta con facilidad, quizás no sea una buena meta.
- Pensar en grande no es tener ni demasiados objetivos ni demasiados resultados clave.
- Si cumples el 100% de tus OKR quiere decir que tienes que replantearlos y ser más ambicioso
- Si cumples un 70%, toda va bien, pero sí cumples menos, también. Revisa y sigue.
- El objetivo ha de ser cualitativo y generador de valor en sí mismo.
- Los resultados clave deben ser cuantificables; deben tener números y poder medirse.
- Las metas deben ser de tipo cualitativo y, a su vez, deben contemplar escenarios a corto y medio plazo.
- La elección de metas en marketing debe estar alineada con los objetivos de negocio de la empresa.
Teniendo en cuenta estos aspectos, ¿es factible integrar OKR con SMART o estamos obligados a elegir una metodología y descartar la otra? Para empezar, yo creo que lo ideal es que cada uno elija la que mejor le funcione según sus necesidades, pero si quieres combinarlas es totalmente posible a través de los resultados clave.
Los resultados clave de la metodología OKR se pueden definir aplicando la filosofía SMART
En OKR ya hemos visto que el objetivo no precisa ser SMART, pero el RC sí que lo precisa. Con lo cuál, y a través de la elección de KPIs cuantificables, que sean relevantes y que aporten valor, a la vez que se evita utilizar vanity metrics o métricas de vanidad, podemos trabajar los RC desde un marco SMART.
Ejemplo OKR + SMART para objetivos de marketing
Meta 1:
Mejorar el SEO de mi web: objetivo cualitativo.
RC1: Conseguir tráfico web orgánico por encima de las 50,000 visitas/mes el próximo trimestre.
- Acciones clave – Posicionar 3 artículos por keywords que generen alto número de búsquedas y visitas.
RC2: Reducir 10 segundos la velocidad de carga en un mes.
- Acciones clave: Comprimir el tamaño de todas las imágenes en el blog.
Por tanto, al aplicar SMART a nuestros resultados clave en OKR el escenario queda así:
- Un resultado clave se cumple o no se cumple. No hay término medio ni duda.
- Al final del período (T de TIME), declaramos el resultado clave «alcanzado» o «no alcanzado»
- Una vez que todos se han completado los RC SMART, el objetivo se alcanza obligatoriamente. Y si no es así, es porque los OKR no se diseñaron bien desde un principio.
Y recuerda: “Un objetivo que no se escribe, es una simple fantasía”
Darren Hardy
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Autora: Pilar Yépez, @LaDigitalista – Directora del Área de Marketing Digital de IM Digital Business School.
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