Recientemente Apple ha cerrado las especulaciones sobre uno de sus secretos más populares y esperados: el Apple Watch.
Conocido entre el público por el “Iwatch”, el reloj inteligente, Apple inaugura con él la entrada de la marca en el ámbito de los Wearables. Un nuevo gadget que estará disponible para los fans de la marca a principios de 2015, por un precio cercano a los 350 €.
No es el objetivo de este post entrar a presentar los detalles del lanzamiento, ya que están muy bien explicados por especialistas como Applesfera y también en las versiones digitales de las principales cabeceras de los medios de comunicación. Pero si me gustaría reflexionar sobre el uso y ventajas de estos nuevos dispositivos móviles, que ya lanzaron previamente Samsung, Motorola o incluso emprendedores desde la plataforma Kickstarter como en el caso del famoso Peeble, que llegó a conseguir una financiación que supero los 10 millones de dólares en donaciones.
¿Son los Smartwatches una moda?
¿Son realmente necesarios para la población?, ¿aportan una mejora sustancial a nuestras vidas? Nadie puede asegurar tener la respuesta correcta, pero sí resulta cierto que ambos extremos tienen buenos argumentos para defender su tesis.
Los wearables y el fenómeno de la datificación (hace relación a que en la actualidad las empresas necesitan de los datos y su correcta gestión y análisis para funcionar de forma competitiva) , tienen mucha cuerda y se encuentran todavía en una fase muy inicial de su desarrollo, por lo que la expectativa de su potencial es alta.
De prescindible a imprescindible
Su largo recorrido les permitirá incluir a los fabricantes mejoras sustanciales para intentar crearse un espacio propio y llegar a formar parte del día a día de los ciudadanos. No hemos de olvidarnos como, en su día, el teléfono móvil evolucionó hacia el Smartphone agregando una funcionalidad completa y muy diferente a la básica inicial.
Sus frenos para avanzar
Por otro lado, actualmente son un dispositivo nicho, por mucho que las marcas han intentado democratizar su uso. Su corta batería, su similitud con las pulseras dirigidas a deportistas como la Nike Fuel Band y las funcionalidades complementarias y dependientes de los móviles, hacen que el Smartwatch genere bastantes dudas y no invite a la compra masiva.
¿Quiénes lo comprarán?
Veremos si el “fenómeno fan” de Apple consigue cambiar la tendencia y masificar su uso, pero de momento todo apunta a que el Smartwach se quedará, en un test y la demanda se concentre en dos grandes nichos de compradores potenciales: los deportistas (que desean medir su actividad) y el público aspiracional que lo desea por su aporte de status.
No en vano Apple fichó el año pasado a la consejera delegada de Burberry, y ha lanzado su Iwatch en tres versiones que ya apuntan a dichos públicos: popular, deportista y “Edition” , que en palabras de la marca “está formada por seis elegantes relojes, todos ellos con una caja en oro de 18 quilates”.
Llegados a este punto, el título del post quizás debería ser “¿Quiere Apple generalizar el uso de los Smarwatches?” 😉
David Pueyo imparte clases de Mobile Marketing y Digital Trends en IIMN.