Cuando nuestra empresa salta al terreno de juego lo hace con la ilusión desbordante del jugador novato, pero también con su inexperiencia. Necesita tener presente una guía, un referente al que acudir cuando le asalten las dudas e inseguridades. Para una marca primeriza, tan importante como diseñar un logo atractivo o escoger un CMS, es saber cómo trabaja la competencia, y para ello es necesario hacer un exhaustivo análisis de su modelo de trabajo. El Benchmarking no es una invitación al plagio descarado, sino la oportunidad de tomar nota de estrategias, métodos y técnicas que, aplicadas a nuestro proyecto, pueden aumentar nuestra notoriedad y ganancias.
Modalidades de benchmarking
Antes de decidir qué empresas y qué aspectos de ellas vamos a examinar, hemos de acordar el tipo de análisis que deseamos hacer:
Benchmarking interno. Lo realiza la propia compañía. Se analizan los datos generales, o los obtenidos por un departamento concreto, para futuras acciones. También se comparan áreas que estén produciendo resultados dispares para la mejora de aquellas secciones improductivas.
Benchmarking competitivo. Se lleva a cabo con empresas de la competencia. Se analizan todos aquellos que nos puedan resultar provechosos para nuestros intereses: estrategia en Redes Sociales, política de precios, campañas de marketing tradicional, etc.
Benchmarking genérico. Esta vez el foco se pone en empresas de referencia que no tienen por qué ser de nuestro sector. El objetivo es aprender de las decisiones que les ha llevado a obtener ese estatus de notoriedad e intentar plasmarlas en nuestro proyecto. En este estudio, lo habitual es ver los nombres de entidades consagradas como Apple, Google o Microsoft.
Etapas de un benchmarking
Como en todo proceso, el benchmarking consta de varias fases que hay que seguir en riguroso orden si se pretende la mejora de los aspectos deseados.
Definición de objetivos. Antes de ponernos manos a la obra, tenemos que tener claro qué aspectos de nuestra empresa queremos mejorar y qué modalidad de benchmark escoger para fundamentar nuestro trabajo.
Señala la competencia. Hay que identificar qué empresa nos gustaría utilizar como fuente de inspiración para futuras acciones. Asimismo, también es precio tener presente a aquellas marcas de las que nos queremos distanciar. De ambos estudios se pueden obtener resultados que servirán de aprendizaje y mejora.
Análisis completo. Con las empresas seleccionadas, el siguiente paso es decidir qué campos vamos a medir. Para ello, es recomendable fijar KPIs vinculados a los objetivos que hemos fijado previamente. Hay que saber ser paciente, porque los datos recopilados en uno o dos días de poco nos servirán. Lo ideal es alargar el proceso durante semanas, incluso varios meses.
Interpretar la información. Con una extensa base de datos en nuestro haber, es hora de hacer gráficas y analíticas y ponerlas cara a cara con los datos de nuestra empresa. Es esencial destacar los puntos donde flojeamos para aprender de las cosas que nuestra competencia sí domina y gestiona correctamente.
Implementar las mejorías. Si ya tenemos decidido qué facetas vamos a desarrollar, es necesario elaborar un planning medido que ejerza como guía durante el tiempo que vaya a prolongarse la transformación.
En la última fase del benchmark evaluaremos el efecto provocado por los cambios introducidos y si han permitido conseguir nuestros objetivos fijados al comienzo.
Herramientas de utilidad para benchmarking
A continuación enumeras cinco complementos que nos ayudarán en nuestras labores de investigación y análisis.
Semrush. Sitio de referencia para conocer infinidad de datos sobre marcas que trabajan en nuestro mismo sector. La lista de información que proporciona es extensa y de enorme utilidad para confeccionar informes que nos sirvan de guía.
Google Trends. El todopoderoso buscador siempre tiene una herramienta para resolver nuestros problemas. Nos permite la evolución de productos y palabras claves, además de mostrar tendencias.
SEOquake. Extensión gratuita que podemos implantar en nuestro navegador y que resulta de gran ayuda para inspeccionar los movimientos de nuestra competencia.
Similar Web. Otra herramienta más que interesante para calcular el tráfico de cualquier Web o Blog. También nos brinda la posibilidad de conocer los canales de donde proceden las visitas, porcentaje de rebote, tipo de tráfico (orgánico o de pago), etc.
KeywordSpy. Un potente aliado para conocer las palabras clave que mejor posicionan. También nos ayuda a identificar las más rentables para nuestras campañas de SEM y SEO.
Analizar el sector y la competencia es una de las múltiples tareas que tiene que realizar un Social Media Marketer. Te invitamos a conocer y a aprender las demás en el Curso Técnico Superior de Marketing Digital.
Formamos marketers digitales de alto rendimiento a través de una metodología que une capacitación en competencias técnicas con capacitación en habilidades de performance multiplicando resultados.